martes, 11 de marzo de 2014

Bestias de fuego

Los truenos de
las palabras cargadas
de mentiras queman,
y queman hondo,
aveces hieren hasta el alma.

La mirada envidiosa
nos pesa en los hombros,
nos detiene en el infierno.

Las manos que tocan
nuestro presente
sin buenas intenciones
acaban expulsando
el veneno que sale
de sus poros y nos enferman.

Por eso yo no dejo
que las bestias de fuego
se acerquen a mi,

por eso no dejo
que sus sucias garras
si quiera rocen mi libertad,
mi felicidad, mi paz.

¡Huyan, huyan lejos,
donde no pueda verlas!
donde no tenga que combatirlas,
pues al final son ustedes las que
perderán.



No hay comentarios:

Publicar un comentario