Arriesga el escudo si es necesario

Arriesga el escudo si es necesario,
defiende al débil si sus brazos no pueden,
extiende una mano antes que  encierren
los entes malignos al justo adversario.

Las plagas del odio han incrementado,
los lagos sagrados se han enfriado,
las flores benditas ya no dan colores
los campos libres se han fracturado.

Acaban la vida jinetes de negro,
espadas mortales llevan en el cuello;
magia oscura envenena los ruegos.

Ordenan los días bestias de fuego,
el hombre no es libre, ahora es esclavo,
dejaron atrás su honor y justicia,
ahora van heridos, destruidos y ciegos.

Valientes aún quedan, pelean y defienden
su libertad con uñas y dientes,
aunque la muerte no quiere que  intenten
hazañas que griten: ¡LIBERTAD NO MIENTE!

Perdona

No creas que soy malo,
por favor, eso es lo último
que quiero que pienses.

Me gustaría que en algún
momento de nuestras vidas
estuvieras en mi piel,
para que supieras
lo mucho que pesa este cuerpo.

Como quisiera que un día
me prestaras tus oídos,
tus manos, tus labios,
tu vida misma, para
compartirle de mi locura,
para que te dieras cuenta
lo mucho que me pesa
esta mente tan mal acostumbrada
a sus caprichos de poeta errante.

Perdona amada mía si te
dejo sola en ocasiones y voy
y me pierdo en el vuelo,

es que hay momentos en que nadie,
absolutamente nadie estoy
seguro que entiende mi odisea mística,
 mi compromiso mágico;

 perdona amada mía
 mis desapariciones tan
repentinas, mis alegrías tan
fugases, mis noches inconclusas,
perdoname esas ocasiones
que no se cómo entenderte.

Mira al frente

Ya me mentí mil y un veces,
y en instantes no me dan ganas
de seguir adelante, he perdido
el rumbo de todas las maneras que
se me ha antojado, es por eso
que ya no me creo nada.

Que le voy a hacer
si hací es la vida; engañosa ramera
que aveces te da y aveces te arrebata
y no pregunta cuando ni en que momento.

Solo te mira de frente, te pega en el alma
y te hiere de muerte. Los suspiros no sirven
de nada, el arrepentirse tampoco,
pero saber que has hecho mal
y remediarlo lo cambia todo, cambia todo
cuando sabes que nada está perdido

aunque lo hayas quemado todo,
aunque lo hayas dañado todo,
aunque te hayas acribillado mil veces.
No te atormentes, no te dañes más.

Mira al frente de forma valiente,
toma el timón del barco y sigue
siempre navegando.
 

Cantante y compositor

Yo no soy trotamundo,
yo troto sobre el mar,
el viento, y hasta por el sol,
soy viajero que sabe volar,

chamán que sabe curar,
depredador si se trata de acertar.
Como el lobo, solitario,
precavido viajo por las tierras desconocidas,

silencioso me paseo
por las noches sagradas
de tu vientre blanco.

Visito los labios
de mi amada cuando
su aroma me busca
por la vida, asisto
cuando su melodía dulce
me invoca si me necesita.

Cantante y compositor
de bellas historias soy,
de esas que compongo
al son del calor del corazón,

y si me aprieta la pasión
no dudo en derretir
hasta la materia y convertirla
en obra de arte; todo lo que creo

lo transformo en amor; amor necesario
para encontrar calma, amor para la tristeza,
amor para curar la enfermedad
y sembrar sonrisas.

Así soy yo, escritor libre
y sincero, amante del momento
y curandero por pasión.

Si la boca matará

Si la boca matará
con su palabra,
más vale callar.

Cuando el corazón 
se quema de dolor 
y no hay razón,

es mejor gritar el odio
sin tirar a quemarropa;
tantas veces he malherido 
a aquellos que amo,

que aveces quisiera ser
yo el único que sufriera
por tan malévolos 
actos que se reflejan
detrás de mis ojos arena; 

se muere la flor
cuando con fuerza la 
tomamos por su tallo,

y grita de pena
el alma cuando
el veneno carnal
nos atrapa.

Por eso siempre 
mejor callar cuando 
los demonios
se apoderan de nuestros pensamientos

 y nos influencian para destrozar,
mejor derrotarlos a ellos
antes de dañar.

Gran león de Judah

El león no renuncia,
no sabe cuando parar,
se esfuerza a diario,
lo da todo cuando
se es necesario;

si de cuidar
su territorio se trata
el avanza firme hacia
el adversario, lo mira fijamente,
lánza el rugido que le hace
ver quien es el que gobierna.

El sol le es fiel,
con sus rayos de luz
hace incrementar su fuerza,
mientras su melena brilla
con gran intensidad
sobre la Tierra.

Dorado es el rey de reyes,
dorados son sus caballeros,
quienes lo siguen,
quienes lo alaban.

Gran rey, en tu pasos encomendaré
mi camino hoy y siempre,
tú que me das la fuerza, tú que
me guías por senda segura,

tú que me has enseñado
no fallarme más.
Por ti mi pensamiento,
mi fortaleza y mi vida
ofrezco, gran León de Judah.

Tan cortos los placeres mundanos

Son tan cortos
los placeres mundanos,
pero tan adictivos a la ves
 que nos hacen caer

una y mil veces en la
misma trampa maldita,
cuando no sabemos
parar, mucho menos escuchar

al único y cierto placer;
 el placer de la razón.
Apesta a podredumbre de
animal carroñero

los malos deseos
hacia los demás,
apesta a muerte
donde la frialdad
en los corazones gobierna,

apesta a maldad
la sangre fría del hombre
que ve siempre
por sus propias riquezas.

Los lugares cálidos y
abundantes en pan
y vino cada ves son
menos, se pierden con el paso del tiempo
 y el crecimiento
de la señora avaricia.

¿Dónde están los guardianes
de la verdad?
¿Dónde están las leyes
del justo juez?
¿Dónde está la justicia,
que veía por la igualdad
para mis hermanos
que mueren de hambre?

¿Dónde está tu conciencia
ser humano?
tan destructivo el que ve por
sus propios bienes siempre,
 tan torpe quien no escucha
y ayuda al necesitado,
tan cortos y tristes
los placeres mundanos.

Aunque la vida nos esté matando

A cada instante
he pensado las
innumerables veces
que me he hecho daño.

Son tantas las acciones
que no pensé;
ahora estoy herido
de muerte, me desangro
poco a poco por la boca,

me revuelco por
el pasado que me castiga
desde las entrañas,
mientras tú me miras
a los ojos y tratas de entenderme.

Nos hemos asesinado
tantas veces que resurrección
en la otra existencia no creo
que nos concedan.

Vida mía, así somos
y no hay nada que se pueda
hacer.

Bestias por naturaleza,
salvajes carnívoros
que no saben cuando detenerse
y cuando seguir, aunque la
vida nos esté doliendo,
aunque la vida nos este matando.

En contra del amor están

Hoy ahogué las quejas
de la envidia, esas que
no me dejan ver con claridad
y hablar con sentido.

La duda quiso proponerme
un trato; me dijo que te abandonara,
que tus besos eran
solo un espejismo;

tus caricias un cuento magnífico
que durarían lo que perdura la paz
después de las guerras,
me dijo que ella me daría todo lo que buscaba
estando a su lado,

sin embargo no quise escuchar más
y callé su boca, di media vuelta,
no dije adiós y dejé a incertidumbre
peleando con la ira.

¿Cómo habría de confiarle
mi amor a esos que no saben amar?
¿Cómo habría de dejarte
en ruinas, después de que
me has demostrado que tu vida
me regalas? 

¿Por qué habría de perderme
y morir sin ti?
¿Por qué escucharía a quienes
en contra del amor están?

Adoloridos van mis pasos

Adoloridos van mis pasos,
desde que no te volví
a ver el alma, desde que no
te volví a tocar los pensamientos.

Camino solo, desnudo, con frío
y hambre vago por Neptuno.
El sol tan distante,
el amor extraviado,

la rabia en lo hondo
de este corazón abatido.
Mi juventud ya está
cansada, tan cansada;

y mi sabio, día a día
muere cada segundo,
cada minuto, pues ya no está
su musa, la que le regalaba
ingenio, la que le regalaba lucidez.

Ya mis ojos se han secado
por llorar  la vida, por llorar
tan olvidado en la tiranía
de lo mundano.

Me queda un recuerdo
como último consuelo,
pues sino fuera por esto
que me reconforta un poco
lo que me queda de vivo,
te juro que muero.

Si no saben quererte

Si no saben quererte
otros corazones,
¿para qué apostar
entonces por un mal de amores?

si no saben comprenderte
cuando verdaderamente
necesitas consuelo,
¿para qué acudir
a otros brazos con malas intenciones?

si no saben arrullarte
cuando tus demonios
te atormentan,

¿para qué dormir
con la persona incorrecta?
si no saben lo que quiere
decir tu silencio;
entonces amor mío
ni siquiera te conocen.

Bestias de fuego

Los truenos de
las palabras cargadas
de mentiras queman,
y queman hondo,
aveces hieren hasta el alma.

La mirada envidiosa
nos pesa en los hombros,
nos detiene en el infierno.

Las manos que tocan
nuestro presente
sin buenas intenciones
acaban expulsando
el veneno que sale
de sus poros y nos enferman.

Por eso yo no dejo
que las bestias de fuego
se acerquen a mi,

por eso no dejo
que sus sucias garras
si quiera rocen mi libertad,
mi felicidad, mi paz.

¡Huyan, huyan lejos,
donde no pueda verlas!
donde no tenga que combatirlas,
pues al final son ustedes las que
perderán.

En otra cálida mañana

Corazón cansado,
alma agrietada,
vista cansada,
dolor fatigante.

Pena siento
no tener su cuerpo
cerca de mi por la
mañana; enferma mi suspiro

cuando el olor de su pelo
no me alegra el
alma, no me alegra
el miedo.

Ya el crepúsculo  dorado
se muestra y aún
no escucho la alegría
que te distingue resonar por mis
sabanas, aún no escucho
la melodía de tus ojos negros.

Antes que la inseguridad
de mi pasado me inunde
quiero verte, sentirte bajo
mi piel, añorarte en el alma
y descansar sobre tus blancos pechos
en otra cálida mañana.

Palabras quebrantadas

Hoy las palabras
se desmoronaron,
gritaron al caer en lo profundo
de la sinceridad del miedo,

ya mis oídos perdieron
el gusto del te quiero,
mis ojos el sentido
de sus caminos.

La poca calma que me
acompañaba se murió
mientras tú te alejabas.

No me queda nada,
y me queda todo.
Me quedan las mentiras
de los labios de la luna,
la mirada del demonio
que no encontró
el cómo destruirme por completo.

El turbulento presente
hoy expiró y mis fortalezas
se derritieron al compás
de las llamas del me muero.

Yo regalé todo al hada
envenenada, mientras ella
se reía de la nobleza
del hombre que con amor
su vida entera le entregaba.

Lobo solitario

En servicio del  llanto
que los cuervos guardan
debajo de las alas calladas,
las madrugadas huelen
a dolor reciente, 
los lagos contemporáneos,

 sigilosos reservan las penas 
de las almas que a solas
lloran por engaños,
injusticias y abandonos.

Las máscaras del horror
visitan a los que con temor
duermen en las oscuras cuevas.

Sabor amargo tienen 
las lágrimas de los 
pasados jamás concluidos,
¡hay de mi, hay de ti ángel caído!
 -Te juro cuidarte, te juro protegerte-

En la montaña sagrada 
observa la luna cuando 
entera se muestre,
ahí el aullar del lobo
solitario escucharas.

Duerme tranquila,
duerme pulcra,
duerme a solas.
Desde la cima mis ojos de lobo
tus sueños vigilan.

 

Soledad de doble filo

Terrestre; tan atraídos
a la Tierra han estado
los pies del mortal
que no le apetece
volar e ir más allá
de sus horizontes.

Conforme del mismo
cuadro de blancos y negros
incrustados en las paredes
agrietadas de su casa,

donde el silencio le es incomodo
e irritante, más sin embargo
el no hace nada para
cambiar la rutina que tanto
le amarga la vida.

El mismo circulo vicioso
mata, y mata lento;
cuando faltan las caricias,
el susurro de amor
que desprenden otros labios
al oído.

La comprención
de nuestras desdichas se
ahogan en almohadas vacías
de hostilidad, y en un cuarto
olvidado y fracturado,

es donde la enfermedad ataca
lentamente al que se olvida de si mismo.
La soledad es buena
mientras dura para madurar,

después de eso
solo acompaña al terrenal
en su miserable vida
para después apuñalar.

No encuentro manera

No encuentro manera
que me saque del
lío que vivo cuando
miro a través de
la ventana de los anhelos.

Y no encuentro respuestas
a tantas preguntas
que me absorben,
que me llevan hacia
el túnel de la melancolía,
de la soledad, del frío
que acompaña a los héroes.

Uno no elige como
vivir su vida,
eso es algo con lo que
se nace ya elegido
por nuestro creador.

Uno no gobierna
en todo momento
sus situaciones,
las voces de la experiencia
nos manipulan.

Uno no es dueño de su
camino sino se es
principalmente amo del esfuerzo
que se crea a través de lágrimas, sonrisas,
desvelos, y perseverancia
para alcanzar sus sueños.

Hasta donde mi aliento alcance

Suenan las lágrimas
que caen de los cielos,
al tocar el suelo
se destruyen y se evaporan.

El núcleo de la fuente de energía
que nos da la vida
día con día se agota.
 El aire cada día nos falta más.

Ya las manos
del pobre están cansadas,
mientras las manos del
 poderoso no se sacian.

El color del mar está
gastado, ya no es el azul
que mostraba alegría,
no es ya el azul del cielo.

¿Qué verán mis hijos
al crecer?
¿Qué herencia podré dejarle
a los que vienen detrás?
¿En dónde guardaremos
los polvos de esperanza?
¿Dónde estarán a salvo
mis sueños?

Segundo a segundo,
minuto a minuto,
hora tras hora,
va cayendo un distinto ser vivo,
derrotado por guerra, derrotado por hambre,
derrotado por sed, derrotado y sin nadie que
se preocupe por el.

Yo solo quiero que
mi aliento alcance
para dejar una última
palabra antes de irme
de este mundo, pidiendo
PAZ, RESPETO, AMOR Y UNIDAD
PARA TODO SER VIVO.

Tú mismo

Nunca hagas nada que no sea lo que el corazón te indique,
olvidate del mundo y mira hacia adentro,
encontrarás el tesoro más grande que se pueda tener en esta vida; a ti mismo.

Donde el alma gobierna

Pedí piedad
a mi Di-s, 
pedí misericordia
a mis culpas,

supliqué por libertad,
derramé llanto puro, 
sincero, y sané.

Así mis alas se abrieron,
rompieron el caparazón 
detrás de mi espalda,
me sentí pleno, entonces
la oscuridad comenzó  a desvanecer,

el cielo dejó de amenazar mi alma,
mis heridas cicatrizaron y el vuelo
inició, Di-s me llamaba a su encuentro
y yo gustoso me olvide de los terrenales
y corrí a los brazos de eternidad.

La mente no pesa, el cuerpo se aligera
y se sintoniza con el viento, las acciones
son vírgenes, las carencias no existen
 y el amor es fuente de vida
donde el alma gobierna.

Hacia el exterminio

Sobre las hojas secas
de la memoria caminamos,
abrimos la boca
mas no razonamos,

tocamos pero ya no acariciamos.
Criticamos, no ayudamos.
Y vamos caminando
encadenados de pies
y cuello hacia el exterminio,
ciegos, sordos, derrotados. 

¿Dónde quedaron las buenas
intensiones, dónde quedó
el raciocinio del ser humano?
En algún sitio lo desechamos,
en algún sitio nos vendimos
y nos encarcelamos.

 Esencia se extravió,
y ahí vamos, hacia el exterminio,
sin dejar rastro alguno,
sin dejar testimonio
de que algún día existimos.