Si la boca matará
con su palabra,
más vale callar.
Cuando el corazón
se quema de dolor
y no hay razón,
es mejor gritar el odio
sin tirar a quemarropa;
tantas veces he malherido
a aquellos que amo,
que aveces quisiera ser
yo el único que sufriera
por tan malévolos
actos que se reflejan
detrás de mis ojos arena;
se muere la flor
cuando con fuerza la
tomamos por su tallo,
y grita de pena
el alma cuando
el veneno carnal
nos atrapa.
Por eso siempre
mejor callar cuando
los demonios
se apoderan de nuestros pensamientos
y nos influencian para destrozar,
mejor derrotarlos a ellos
antes de dañar.
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