sábado, 26 de abril de 2014

Adoloridos van mis pasos

Adoloridos van mis pasos,
desde que no te volví
a ver el alma, desde que no
te volví a tocar los pensamientos.

Camino solo, desnudo, con frío
y hambre vago por Neptuno.
El sol tan distante,
el amor extraviado,

la rabia en lo hondo
de este corazón abatido.
Mi juventud ya está
cansada, tan cansada;

y mi sabio, día a día
muere cada segundo,
cada minuto, pues ya no está
su musa, la que le regalaba
ingenio, la que le regalaba lucidez.

Ya mis ojos se han secado
por llorar  la vida, por llorar
tan olvidado en la tiranía
de lo mundano.

Me queda un recuerdo
como último consuelo,
pues sino fuera por esto
que me reconforta un poco
lo que me queda de vivo,
te juro que muero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario